Discurso de posesión presidencial de Rafael Correa
“Los argentinos, muy orgullosos,
querido Monseñor, dicen “el Papa es argentino”; Dilmadijo: “Bueno, el Papa será
argentino, pero Dios es brasileño…”… Nosotros no tenemos nada contra aquello,
de seguro el Papa es argentino, probablemente Dios es brasileño, pero con toda
certeza… ¡el paraíso esecuatoriano!”
Volcán Cotopaxi, Ecuador.
De acuerdo al Índice de Desarrollo
Humano de las Naciones Unidas, el último reporte, 2012, en el período
2007-2012, coincidente con nuestro gobierno, entre 186 países Ecuador es uno de
los cuatro que más escaló posiciones en la clasificación mundial de desarrollo
humano, sólo superado por Tanzania, que escaló 15 posiciones; Bielorrusia, que
escaló 12 posiciones, y luego Ecuador y
Hong Kong, que escalaron 10 posiciones. Así nuestro país ha pasado del
grupo de desarrollo humano medio a desarrollo humano alto. Eso hay que verlo
con cierto criticismo, no hay índices perfectos, yo no creo que estamos en el
nivel de desarrollo humano alto, eso nos da el indicador de las Naciones
Unidas, pero lo que es indudable es que el país avanza hacia el futuro, hacia
el Buen Vivir, hacia la Patria con la que soñamos.
En cuanto a logros económicos,
Ecuador es una de las economías más dinámicas de América Latina. Durante
nuestro Gobierno creció en promedio 4.3%, mientras que la región lo hizo en un
3.5%, todo esto pese a la crisis de 2009 y sin
tener moneda nacional, lo cual los países europeos en recesión saben bien
lo que significa.
Ecuador también es el país que más
baja tasa de desempleo tiene, con 4.1%, destrozando
la economía ortodoxa, que nos decía: a menor salario, menor estabilidad,
menores obligaciones patronales (léase mayor explotación laboral), más empleo. Hemos hecho exactamente lo contrario,
eliminar esa explotación laboral legalizada que se llamaba tercerización,
¡Prohibido Olvidar!; elevar el salario nominal y con ello el salario real al
más alto nivel de la historia; por primera vez el ingreso familiar de un hogar
típico ecuatoriano permite cubrir la canasta básica de consumo; hemos
incrementado en un millón de trabajadores la afiliación a la seguridad social,
derecho irrenunciable; y no obstante todo lo anterior, se han generado centenas
de miles de puestos de trabajo.
Es una lección aprendida para
gobierno, empresarios, trabajadores:
permitiendo vivir mejor a los demás, todos vivimos mejor.
De acuerdo a la Comisión Económica
Para América Latina (la famosa CEPAL), somos
de los tres países que más reduce pobreza, el mayor atentado contra los
derechos, las libertades humanas y la dignidad de las personas, la pobreza. En
el periodo 2006 –2012 en nuestro gobierno hemos conseguido que más de un millón
de ecuatorianos dejen de ser pobres. La
pobreza por ingresos ha caído de 37.6 a 27.3%, y la pobreza extrema, la
indigencia, la miseria, de 16.9 a 11.2% de la población. Por supuesto, que haya
un solo pobre en nuestra América ya es demasiado.
Vencer la pobreza debe ser el
imperativo moral del planeta, más aún cuando ésta, por primera vez en la
historia de la humanidad, ya no es fruto de escasez, de ausencia de recursos
sino que es fruto de sistemas perversos.
En América Latina las aberrantes
distancias sociales y económicas mucho se asemejan al yugo de la esclavitud del
siglo XIX, pues estas enormes diferencias en la concentración del ingreso, el
patrimonio y el consumo, impiden a una muy importante parte de nuestra
población una vida digna. Por ello, como nación, estamos
orgullosos de ser, nuevamente de acuerdo a la CEPAL de las Naciones Unidas, estamos
orgullosos de ser el país que más reduce desigualdad en nuestra América, al haber disminuido en 8 puntos la
concentración del ingreso en Ecuador de acuerdo al coeficiente de Ginni, el
principal indicador del ingreso, decrecimiento 4 veces superior al promedio de
Latinoamérica que, la buena noticia es que finalmente se ve bajar la
desigualdad, para algún día dejar de ostentar el
vergonzoso título de la región más inequitativa del planeta.
Y
tenemos logros sociales que nos llenan de orgullo, como el de ser el país de
América Latina que mayor cantidad de pobres tiene matriculados, inscritos en la
universidad – gracias a que la nueva Constitución estableció la gratuidad absoluta de la educación superior
y a programas de becas de manutención-, o también nos llena de orgullo, sano
orgullo, el estar a la
vanguardia a nivel
regional y mundial en políticas
de inclusión de personas con discapacidades, entre las cuales hemos logrado ya
prácticamente el pleno empleo (antes eran una carga para su familia, ahora
muchas de ellas son el sostén de su familia), con cerca
de 40.000 personas
con discapacidad integradas laboralmente, y 6.000 familias con
viviendas adecuada para familiares con
discapacidad.
A pesar de tener la mayor
inversión pública de nuestra historia reciente (al menos desde que existen
datos) y de toda América Latina -en el año 2013, alcanzaremos casi el 15% del
Producto Interno Bruto en inversión pública-, el saldo de la deuda externa
ecuatoriana es de apenas el 12,6% del PIB, de los más bajos del continente y de
la historia del país.
Esto lo hemos logrado con la
optimización en la acumulación y uso del ahorro nacional, básicamente a través
de terminar con esa novelería, esa trampa para, independientemente de quién
llegue al poder, continuar con lo mismo de siempre, que era la autonomía del Banco Central, el cual
sacaba nuestras reservas que
era ahorro público fuera del país, (…) gracias también a
la renegociación de los contratos
petroleros, que al
pasar de contratos de
participación, donde nos daban prácticamente una propina del petróleo que se
nos llevaban, los convertimos en contratos de prestación de
servicios, lo cual
permitió revertir la proporción de ingresos que quedaban para el país:
si antes, de cada 100 barriles de nuestro
petróleo las transnacionales se
quedaba con 80, ahora es exactamente lo contrario; esa impresionante inversión
pública sin incremento
del coeficiente de deuda, se debe también a que hemos más que
duplicación en el ingreso, la recaudación tributaria, no por incremento de
impuestos (…)ya no se
tolera la evasión, saben los evasores que con
nosotros no se juega, que tienen
que cumplir sus obligaciones tributarias; y también esa
importante, ingente cantidad de recursos liberados para inversión pública,
viene de uno de los mejores sistemas de compras públicas de nuestra América, lo
cual ha permitido importantes ahorros por incremento de eficiencia y
transparencia.
Fuente: Elaborado a partir del Discurso
Presidencial del presidente de Ecuador Rafael Correa (Quito 24 de mayo de 2013)
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